martes, 29 de diciembre de 2009

FELIZ AÑO NUEVO

Para aquellos que hemos sobrevivido a un año cargado de malas noticias en general y algunas muy buenas en particular.

Para todos los que hemos sido beneficiados con los dados y podemos leer en la tarjeta: “siga hasta el próximo casillero”…

Para aquellos que hemos podido evitar no ser contagiados de las pandemias, llámese gripe A, dengue B, desazón C, incredulidad D…

Para todos los que hemos podido trabajar y obtener por ello un sueldo digno, algunos más que otros a sabiendas de que siempre, indefectible y sistemáticamente, habrá algunos con más y algunos con menos.

Para aquellos que no han resignado esfuerzos y la pelean día a día sin pelearse con la vida por la diferencia.

Para aquellos que han sufrido las peores pérdidas de vidas humanas, las más desgraciadas de las sequías y las más malditas de todas las inundaciones…

Para aquellos que han construido, armado, emparchado, arreglado, mantenido, sus propias construcciones, a pesar de los vientos y huracanes económicos a los que los argentinos solemos estar acostumbrados.

Para aquellos que han ayudado a nuestros hermanos americanos, europeos y asiáticos a superar la “crisis mundial”, pidiéndoles que vengan tan sólo dos semanitas de vacaciones a nuestra querida Argentina, porque ellos no tienen ni idea de lo que es estar, permanecer, quedar y coexistir con una “crisis” constante.

Para aquellos que hemos salido sorteados con un “bonus” y no fuimos alcanzados por una bala perdida, ni secuestrados, ni apuntados con un arma, ni sorprendidos por motochorros…y para aquellos que a pesar de haber pasado por alguno o por todos esos casos, aún han salido indemnes…

Para todos aquellos que pensando un minuto y en este almanaque que se está terminando aún tienen algo por qué brindar…a todos ellos les digo que también alzaré mi copa en la próxima noche vieja y haré de ella la mejor de todas las noches, porque llega un nuevo día y quien sabe, tal vez, me sea regalado ese buen amanecer.

Porque aunque este viejo año que ya está maltrecho, que más de un día me ha despertado con una sonora cachetada, que me ha subestimado, que me ha hecho andar entre tinieblas y fantasmas, a pesar de ello estoy viva y puedo escribir que…

Mientras mis oídos escuchen a Sabina sabré que hay más de “cien motivos para no cortarse las venas”…

Mientras mis ojos jamás olviden las manos de mi Madre y pueda en mi piel sentir su ternura…sabré que no hay mejor lugar para acunarme y soñar.

Mientras siga teniendo ganas de ser mejor persona, de andar con menos ira y con más capacidad de sorprenderme, sabré entonces que voy por el camino correcto.

Mientras mis miedos y duendes puedan ser vencidos y derrotados o invitados a pasar a compartir una sana y esporádica convivencia, sabré entonces que tengo herramientas suficientes para ser usadas cuando así lo elija.

Mientras pueda aún levantar un teléfono y pedir ayuda a mi amiga, a mi hermana, sabré entonces que aún tengo voluntad y menos ego al que reverenciar.

Mientras tenga la capacidad de amar, de expresarme, de mover mi cuerpo intentando bailar, de saborear una canción, de disfrutar del sexo permitido y del que no… sabré entonces que mi corazón está intacto.

Mientras elija cómo ser con los demás, cómo no ser, cómo recuperarme, cómo estar mejor, cómo hacer más y pedir menos, sabré entonces que mi espíritu está a salvo de toda plaga.

Mientras pueda emocionarme con un cursi final de película…ella y él cansándose! O mientras pueda emocionarme con un héroe de carne y hueso, con la historia de algún niño que camina kilómetros para asistir a su escuela, con alguna persona extraña y anónima, que anda por las madrugadas por la calle dando el pan y alguna palabra a aquellos que nada tienen, mientras me pueda emocionar digo, sabré entonces que me queda mucho por agradecer y tratar de imitar.

Mientras pueda aceptar que la soledad sólo está en mi vida de manera transitoria, que el amor me aguarda quién sabe dónde, mientras pueda admitir que no tengo ganas de seguir siendo protocolar, mientras siga creyendo que puedo proyectar y tener retos…sabré entonces que hay mucha tela qué cortar.

Mientras la luna me siga espiando por mi ventana, mientras exista el ocaso color mar de Monte Hermoso, mientras no cambien los azules color lago de Bariloche, sabré entonces que hay muchos poemas a la espera de ser escritos.

Mientras crea que nunca han muerto del todo ni Favaloro, ni Guinsburg, ni la Negra, ni Machado, sabré que tengo muchas cosas que aprender.

Mientras me pueda dar el lujo de reír a carcajadas con Pinti, celebrar por Charly, admirar a Patricia Sosa, esperar la llegada de Papá Noel y pedirle al Ratón Pérez que por ahora no venga por mis dientes…sabré entonces que mis emociones y mi inocencia siguen acampando en el camping de mi vida.

Mientras pueda celebrar con mis hermanas, con mis amigas, con mis sobrinos, la dicha de estar en familia…sabré entonces lo que mi Mamá y mi Papá me dejaron de herencia.

Mientras crea que la libertad y la salud son los bienes más preciados, únicos, imprescindibles, no renovables, no negociables… sabré entonces que no debo escatimar esfuerzos para cuidarlos, venerarlos y darle la real importancia que requieren.

Mientras tenga una casa, un trabajo, un lugar en la mesa para compartir y un Dios al que le pueda rezar, pedir y agradecer, sabré que no hay nada que no pueda lograr, que el límite sólo lo imagina mi mente.

Mientras pueda llorar, vaciarme, protestar, pedir perdón, luchar, generar, esperar…sabré entonces cuánto valgo como mujer.

Mientras mi alma sea el secreto mejor guardado, mientras ella crea en la felicidad, mientras no se venda por nada, mientras albergue las mejores intenciones…sabré entonces que es en mi alma donde habitan mis mejores sentimientos.

Mientras pueda tener a mano una fría copa de vino blanco, mientras me deleite con un recital para mi y en exclusiva de Serrat y Sabina… mientras tenga a mano un libro de poemas de Benedetti, entonces lucharé a ultranza y con todas mis fuerzas por “defender la alegría aún de la alegría”, como sólo él podía decirlo.

Ya les conté antes, aunque este viejo año que ya está maltrecho, que más de un día me ha despertado con una sonora cachetada, que me ha subestimado, que me ha hecho andar entre tinieblas y fantasmas, a pesar de ello estoy viva y puedo escribir estas palabras para ustedes, decía, aunque todo se vuelva nada, deseo que brindemos para que todos tengamos una FELIZ NOCHE VIEJA y un MEJOR AMANECER!!!

¡Arriba las copas, vale la pena intentarlo, quien sabe, quizá nos saquemos la sortija y podamos dar una vuelta más en la calesita de la vida!

¡FELIZ AÑO NUEVO!
Elga en un diciembre de 2009 ya de despedida…

sábado, 5 de diciembre de 2009

No quiero

No quiero pasar estas fiestas dudando si ceno en lo de mi hermana o me quedo en mi hogar por esta cuestión de tener que dejar la casa sola y a expensas de amigos de lo ajeno…
No quiero ver más programas de tv. donde la gente se pelea sin sentido sólo para que suba el raiting…
No quiero hacer una donación con mi tarjeta de crédito para alguien que sencillamente nada tiene porque lo ha perdido todo en una inundación o porque ha caído en el olvido de los funcionarios, de la imprevisión, de las promesas eleccionistas…
No quiero ser parte de esa gente que llena un camión con un paquete de pañales y alguna botella de agua mineral y menos aún quiero ver a Patricia Sosa embarrada hasta la rodilla llevando alimentos y esperanza a recónditos lugares.
No quiero pertenecer a una ciudad donde los perros callejeros sean parte del folclore cotidiano…
No quiero pertenecer a una ciudad donde tenga que tolerar subirme a un colectivo, viejo, sucio, fuera de horario y encima sentir que nada puedo hacer a pesar de estar pagando un servicio y no solicitando una contribución…
No quiero ser parte de un país donde mis mandatarios me amenacen desde una tarima que sólo ellos sienten que por estar allí arriba son más altos, poderosos y que pueden hacer de mí lo que gusten y encima que me griten o que me reten como si fueran mis padres, sin recordar que fueron elegidos para que nos ayuden a salir adelante y no para conseguir sus propósitos...
No quiero ser la ciudadana que se ríe de las normas, que cruza mal la calle, que tiene que oír a una señorita con megáfono indicándome cómo debo cruzar la acera…
No quiero sentirme presa de las veredas por donde camino en mi propia ciudad, sortear a los vendedores ambulantes, los cajones con verduras, los carteles indicando ofertas, las sillas y mesas de los bares céntricos…
No quiero que me hablen de Dios, desde un púlpito, alejado de la gente, por encima de ella, con soberbia, con la panza llena, el alma vacía y la Biblia en la mano…
No quiero oír desde un estrado sentencias ambiguas, palabras difíciles, debates sólo para entendidos, injusticias que quedan escritas, que arruinan futuros con tintas imborrables…
No quiero ver niños con pegamento en su boca, con ninguna pipa que no sea la de jugar a la paz, cerca de ningún maldito adulto que lastime su cuerpo, su alma y destruya su dignidad…
No quiero ver niños alejados de sus casas, sin nadie que los reclame, sin que a nadie le importe…
No quiero escuchar más discursos floridos diciendo que ellos, los niños, son nuestro futuro, y entre tantos debates absurdos, ilógicos, y hasta inmorales, ya hemos perdido dos generaciones o más…
No quiero que nadie me diga lo que tengo que pensar, ni qué radio debo escuchar, ni qué ideología tengo que tener…si es que tuviera que tenerla.
No quiero que ningún noticiero me siga mintiendo, me sobredimensione las noticias, me repita cadáveres, me genere angustia en forma reiterada, obsesiva mientras sus conductores parecen disfrutar de presentar tanta obscenidad…
No quiero que me llamen por teléfono a cualquier hora de cualquier día y me obliguen a decidir qué compañía debo usar, qué modelo de celular me debo comprar o qué forma de pago debo utilizar…
No quiero más piquetes, cortes de ruta, clientelismo barato, holgazanes defendiendo derechos adquiridos con rostros tapados y gomas quemadas…
No quiero llevar ningún pan dulce a ninguna iglesia como obsequio hipócrita de Navidad…
No quiero caminar alerta, soslayada, mirando con desprecio a cualquier moto que anda cerca de mí…
No quiero que maten más gente con medicamentos truchos, porque eso es un crimen de lesa humanidad…
Lo que quiero es tan sencillo…
Quiero salir de mi casa, cerrarla con llave sin ninguna alarma, volver de madrugada, sin temor a nada.
Quiero ver programas que me eduquen, me entretengan, me hagan reír, pensar, disfrutar, debatir.
Quiero usar mi tarjeta de crédito sin sentir culpa por los regalos que deseo comprar.
Quiero ver un recital de Patricia Sosa, quiero verla sobre el escenario, cantando, sin barro en sus zapatos y sólo deleitarme con su mágica voz.
Quiero poder llegar a tiempo a mi trabajo, pagar el boleto como corresponde y no andar con un trapito en mis manos para limpiar los asientos.
Quiero andar libremente por las veredas de mi ciudad, sin tener que ayudar a un ciego, ni a una persona en silla de ruedas a sortear obstáculos como si fuera un juego.
Quiero andar en bicicleta sin tener que cuidarme de los perros de la calle.
Quiero caminar distraída, sin temor, “pensando en los pajaritos” y no agarrando mi cartera “por las dudas vio?”.-
Quiero oír a mis mandatarios debatiendo proyectos, sin gritos ni amenazas soslayadas, con la altura necesaria que les sea digno ganarse el sueldo que todos les pagamos.
Quiero que se dejen de aprobar leyes entre gallos y medianoche…
Quiero ir a la Iglesia, poder comulgar sin tener que revelar mis pecados a ningún hombre terrenal que se crea con derecho de poder absolverme rezando dos Padre Nuestro y un Ave María.
Quiero cruzar la calle como corresponde, respetar el semáforo, no adelantarme en una ruta cuando hay doble raya amarilla, pagar los impuestos, no pedir ninguna coima, comprar cd originales y todo esto hacerlo simplemente no porque lo diga la ley, sino porque es lo que corresponde.
Quiero que los chicos anden en la calle porque están creando un nuevo juego con qué poder jugar.
Quiero que sus bocas estén pegoteadas de dulce de leche y de caramelo con sabor a niñez.
Quiero que los adultos no desgarren la vida de ningún otro chico, es tan fácil dejar de dañar…
Quiero ver los noticieros con noticias reales, con dramas ciertos, respetando los dolores y la intimidad de la gente.
Quiero tantas cosas… no se trata de perseguir una utopía.
Aunque si así fuera, ir detrás de ellas me sirve –parafraseando a Galeano- para seguir caminando.
No es una utopía porque yo viví sin la llave puesta en la cerradura, porque anduve en bicicleta sin miedo y con alegría, porque jugué a la escondidas en potreros con mil mariposas, porque tenía clases todos los días de la semana, porque salí a bailar y siempre llegué de vuelta a mi casa, porque no me faltaba el agua, ni la luz, y la Navidad era la reunión familiar.
No es una utopía porque yo lo viví y no fue hace tanto…
No es una utopía porque yo aún puedo soñar y no me equivoco al pensar que todo puede ser diferente si cada uno apenas cumplimos con nuestra parte, la que nos corresponde, la que debemos hacer.
No es una utopía…que nadie trate de hacerme creer que sólo escribo estas líneas porque estoy cansada de no vislumbrar un futuro mejor.
No es una utopía…que nadie intente hacerme sentir que soy mejor que otros, que soy la voz de otros, que soy el mensaje de muchos que no pueden hablar.
No es una utopía…querer vivir mejor. Que nadie se atreva a intentar doblegar mi esperanza, mi fe, mis creencias, porque lo que yo persigo es real, y lo que es mejor aún, es posible…
No es una utopía desear que los chicos tengan sus bocas pegoteadas sólo de dulce de leche y de caramelo con sabor a niñez…
Que nadie se atreva a decirme que vivir mejor es una utopía…
ELGA CARAMELLI, un diciembre muy diferente de 2009.-

martes, 7 de julio de 2009

Si alguna vez te amé fue aquella en que miré tus ojos, oí tu risa espontánea y no tuve miedo de decir que sí.
Si alguna vez te amé fue aquella en que pude recorrerte y supe entonces que no había otra geografía que anhelara conocer.
Si alguna vez te amé…
Fue esa vez en que creí morir y de tu mano pude resurgir.
Fue ese instante en que no supe cómo seguir y tus palabras se hicieron mi camino.
Fue ese momento en que pude confesarte mi peor verdad y aún así permaneciste a mi lado.
Si alguna vez te amé fue cuando deseaba marcharme, huir, escapar y tu serenidad fue mi vela, mi costa segura, mi faro iluminado.
Si alguna vez te amé fue en esa hora de espera, de eterna agonía, donde por compañía tenía a mi soledad.
Si alguna vez te amé fue en mis diferentes edades de bella niña y desfachatada mujer.
Si alguna vez te amé fue cuando te dije adiós y el mundo se tornó irrespirable.
Si alguna vez te amé… fue aquella en que pudiste ser brisa, tornado, luna, ocaso, orilla, infinito, cima, peldaño, luz, sombras, verdad, fe, niñez, derrota, esfuerzo, abrazos, ternura, pasión, belleza, poema, aventura, misterio, siempre, nunca, quizá, perdón, noche, lucero, árbol, madera, hogar, fantasma, techo, sábanas, placer, desnudez, alma, caricias, ira, intolerancia, verborragia, silencio, futuro, hoy, momento, temor, detalle, calma, sosiego, azul lago…
Si alguna vez te amé fue el todo y la nada.Si alguna vez te amé, parafraseándote…fue inenarrable!

domingo, 14 de junio de 2009

FELIZ DIA DEL ESCRITOR

APRENDAMOS A SURFEAR
Hoy necesito escribir sobre algo que me viene sucediendo hace un tiempo y es el hecho de nadar contra la corriente, en contra de las olas, en desarmonía con las situaciones.
Y me he dado cuenta de la energía que uno pierde al tratar de reformar, de reacomodar, de forzar un hecho que sucederá casi indefectiblemente…
¿por qué hacer esto?.
¿Por qué esa búsqueda constante de pretender modificar una realidad?.
¿Por qué no aceptamos simplemente -con el tiempo de duelo que conlleve- las situaciones que se nos presentan a diario?
No, en vez de hacer eso, nadamos contra la corriente, insistimos en lograr un resultado que quizá no sea el que nuestro Creador nos tiene preparado. Y cuando digo “Creador” me refiero al Dios en que confíes, al que le reces, en el que te ampares en los momentos de mayor tormenta o cuando el miedo paraliza tus acciones.
Nadamos en contra de la corriente sin traje alguno, vamos en contra “porque sí nomás” y nos creemos valientes.
Nos enojamos por el trabajo que no tenemos, por el que tenemos y no nos gusta, por el que esperamos y no llega.
Nos enojamos por el amor que no tenemos, por el que tenemos y a veces nos resulta ahogante y también nos enojamos por ese amor que nunca toca nuestras puertas y aún así, lo seguimos esperando.
Nos da impotencia el saber que no tenemos ese dinero, nos da envidia el dinero que otros tienen y nos proyectamos idiotamente con el dinero que ni siquiera tendremos.
Tantas cosas creemos merecer tener, que nos provoca ira el sabernos sin ellas.
Lo que aún no comprendemos y mucho menos, valoramos, es que en esa estúpida búsqueda, nos vamos perdiendo.
Nos vamos perdiendo el día a día, el momento genial de una buena noticia, el instante exacto de sabernos amados.
Nos vamos perdiendo la sorpresa de amanecer y tener a la luna aún en la mañana.
Nos vamos perdiendo la alegría del crecimiento de nuestros hijos, del aprendizaje que sortean a diario.
Nos vamos perdiendo el chocolate compartido, el café de a dos, el hacer el amor por amor y con pasión y no por rutina y compasión.
Nos vamos perdiendo el preciso minuto de la vida misma cuando nace a la luz un nuevo ser, el que con su llanto nos invita a dar pelea... digo nos vamos perdiendo esas pequeñas-gigantes cosas por estar inmersos en esa búsqueda frenética y sin sentido de tener más y más, que sin darnos cuenta nos va dejando ciegos.
Y entonces cuando la desgracia sí llama a nuestra puerta y las pérdidas se hacen intolerables e irreparables, vociferamos en contra de todo cuanto nos rodea y comenzamos a mirar y a observar con detenimiento esas pequeñas cosas de las que sólo, sólo he nombrado algunas.
Nadamos contra la corriente dije al principio… ¿por qué entonces en vez de gastar tantas energías en ir contra todo, no aprendemos a surfear?
¿Acaso no resultaría más fácil ir a como va la marea?
Pues aceptar las situaciones no es resignarse, no es acabar con la pelea, no es derrumbarse ante lo trágico.
Aceptar es quitarse la mochila que impone el tener y tener…
Aceptar es andar liberado de tanta ira, de tanto enojo, de tanta preocupación por mañana y siempre digo lo mismo cuando pienso en “mañana”…
Mañana comenzaré la dieta, mañana empezaré a caminar, mañana dejaré de fumar… y saben qué, mañana se murió mi hermana y entonces ese “mañana” dejó de serlo… se convirtió en hoy y tuvimos que aprender la lección…
Podemos intentar ir con las olas, al compás de ellas, a donde nos quiera llevar…ya lo saben, el mar no se queda con nada que no le pertenece, casi siempre devuelve lo que no es suyo.
Por qué mejor no acomodarnos a las tormentas, ellas nos mantienen activos, expectantes, alertas.
Por qué mejor no hamacarnos en las olas, sentir el devenir de las aguas, salpicarnos de frescura.
Y llegado el caso, si no queremos surfear, si tenemos miedo a los nuevos desafíos dejémonos entonces flotar y que el día y la noche nos encuentre con los brazos abiertos y los ojos hacia el cielo.
Sé que nada malo nos puede pasar si nos dejamos flotar en las aguas de la serenidad, en la fe de nuestra intuición y en ese vaivén que significa vivir.
Si creemos tener todo cronometrado, todo calculado, todo perimetrado, entonces no conoceremos jamás y tampoco sentiremos nunca la mágica sensación de estar vivos! Porque vivir no es otra cosa que amar lo que hacemos en nuestro trabajo, por más pequeño y horrible que él sea.
Porque vivir no es otra cosa que sorprendernos, estaciarnos de belleza, embriagarnos de locura.
Vivir es la inmensa alegría de compartir la amistad, de poder decir palabras a tiempo y que perduren en el tiempo, de no resignar una risa y mucho menos una carcajada.
Vivir es más, mucho más que pagar los impuestos, que llegar a horario, que cruzar mal calle, que transgredir las normas.
Vivir es tratar de ir acorde con los sentimientos y en armonía con nuestros pensamientos.
Si al fin y al cabo, la cita con la muerte sólo a veces se posterga, lo que nunca ha sucedido es que la suspensión sea eterna…por eso
¡No vayamos contra la corriente, aprendamos a surfear!
Elga, en un día 13 de junio, en un nuevo día del escritor, en un nuevo día…en uno más!

sábado, 23 de mayo de 2009

Todavía


Dejá que imagine todavía...
que caminar por la orilla del mar
no puede resultar una quimera.

Dejá que crea todavía...
que algo nuevo nos espera
ahí nomás, a la vuelta de la esquina.
Dejá que sienta todavía...
ese rápido palpitar cuando tus ojos
se encuentran con los míos.

Dejá que te cuente todavía...
que la soledad me asfixia,
que la noche es una danza de fantasmas,
que el cansancio se apodera de mi cuerpo
y que a veces, (sólo a veces), digo que “ya basta”.

Pero también...
Dejá que te diga todavía...
que amarte como te amo
me renueva, me enriquece.
que acariciarte como te acaricio,
me da vida, me embellece.
que besarte como te beso,
me despierta, me enloquece.

Dejá que imagine todavía...
que seguir a tu lado
no puede resultar una utopía.-

SI PUDIERA


Si pudiera esta noche hablar
no tendría que simular una sonrisa,
porque ella se me asoma
tan clara como un amanecer…
al recordar todos estos años
tejiendo y destejiendo ilusiones.

Hablaría sin duda de este amor
que sin reparos ni máscaras
sobrevivió en la tormenta
y rebosó en la serenidad.

Tan sólo diría que es demasiado
lo que quedó pendiente por hacer de a dos.
Aquellas cosas que nunca disfrutaremos,
promesas que nunca cumpliremos,
proyectos que nunca realizaremos.

Hablaría de esas rosas que ya no están
pero que siempre florecerán a tu paso.
Hablaría de cada noche vieja,
de cada año nuevo que juntos soñamos amanecer.

De la comida que tantas veces desee preparar,
y de aquellas charlas que quedaron sin ser.
De las fantasías que no fueron.
De los tristes momentos que sufrimos
sin darnos el abrazo necesario.
De esas nueve lunas que nunca dieron hijos,
y de aquella casa que ni siquiera fue árbol
para madera ser alguna vez.

Hablaría del coraje que tuvimos,
perdonaría por el que nos faltó.
y me iría maldiciendo sobre los miedos
y fantasmas que asustaron nuestras mentes
y paralizaron nuestro corazón.

Hablaría de esa canción que siempre
quisiste cantarme y de ese poema
que nunca pude terminar.

Si esta noche pudiera hablar…
el mundo sabría todo
lo que pendiente nos quedó

Si esta noche pudiera hablar…
pero el llanto anuda mi garganta
porque sé que como este amor
no habrá ninguno jamás.

Para Josefina

Hace unos días que mi amiga Josefina me pide que actualice mi blog. Que necesita de mis poemas.
Ella es...como decirlo, tan parecida a mí hace 20 años...
Es una pequeña guerrera de la vida, tiene la virtud de los leales y la energía del astro sol.
Es fuerte ante las adversidades y vulnerable ante las injusticias.
Cree que todo lo puede y cuando cae lo hace en los brazos del amor.
Tiene siempre la mano extendida para quien lo necesita y sonríe cuando el mundo se deprime... es genial, espontanea, dulce e hiriente, voraz pero independiente.
Josefina es una mujer bellamente necesaria...
Es mi amiga

martes, 28 de abril de 2009

ANDARIA DESCALZA SOBRE LA ARENA MOJADA.
UN OCASO ESTARÍA DURMIÉNDOSE EN EL MAR.
TU BRAZO SOBRE MI HOMBRO.
EL SONIDO DEL VIENTO ESPANTANDO FANTASMAS.
DOS O TRES NUECES EN MI BOLSILLO.
ALGUNAS PALABRAS DE AMOR…
Y NADA MÁS.
PARA NO MORIR ESTA MAÑANA…
DIOS LO SABE, SOLO ESTO NECESITO.
POR SI ACASO UN DÍA...
te encuentres sumergido en el océano
de la nostalgia y no puedas nadar hasta la orilla
serena y calma de mis brazos,
por si acaso sucede algún dia
te dejo mis palabras donde hallarás
el por qué de mi adiós.
Por si acaso un dia
sientes que la angustia
se ha instalado en tu garganta,
y de tan anudada que está no puedes respirar...
te dejo entonces mis palabras
y a modo de rezo silencioso
te pido no desesperes,
sólo relee este poema
y la calma llegará a tu corazón.
Por si acaso un dia te encuentres
en el dramático confín de la locura,
recuerda mis palabras,
las últimas, mi alegato final,
pero jamás olvides mi propia condena,
la que bien paga está.
Por si acaso ni siquiera
en esos momentos
te acuerdes por qué dije adiós
te lo diré una vez más.
No, no dejé de amarte, dejé de postergarme,
de olvidarme, de taparme, de quedar al costado
de la vida sin poder saborearla.
Dije adiós porque ya no quiero
jugar más a las escondidas,
ni quedarme sentada al lado del teléfono,
por si acaso algún día llamas.
Dije adiós porque ya no deseo
comer a solas, ni dormir a solas
y mucho menos despertar a solas.
Dije adiós porque no soy un robot
que solamente se angustia
o se alegra en tu presencia...
No estoy programada como para esperarte
a que compartas mi risa,
a que aminores mi llanto,
a que escuches mis glorias,
a que respetes mis miserias,
y mis lados oscuros.
Por si acaso no entiendas
te digo que mis emociones,
mis deseos, mis miedos, mis sueños,
no tienen ni fecha, ni hora,
ni tampoco hacen su aparición
un dia específico de la semana.
No puedo marcar en el calendario
cuándo te necesitaré, por eso,
fue también por eso que dije adiós.
Dije adiós porque soy digna
de reclamarte a cada momento
y no de esperar el momento
para poder decirte que te amo.
Dije adiós porque no merezco
mojarme otra vez bajo la lluvia
mientras te veo pasar en tu auto
ya sé, aquella vez no pudiste detenerte
entonces, cuando te dije adiós,
la que se detuvo fui yo.
Hasta aquí llegué, no más
Hasta aquí dejé mi amor dentro tuyo
y en la profundidad de mi corazón
te guardaré por siempre.
Pero si aún así un dia no puedas comprender
por qué no estoy a tu lado,
y ni siquiera este poema alcance
para serenar tu alma doliente,
te pido entonces, no dramatices.
Solo tendrás que despojarte
de tus más hondos egoísmos,
de tu altiva soberbia,
y dejar que tu memoria te lleve
hasta mi recuerdo y allí, muy dentro tuyo,
hallarás mi mirada, la misma que te enamoró,
y sabrás entonces que merezco decirle adiós
a este amor que me colmó y me sació,
que me embriagó y me deleitó.
Un amor tan grande que no vale la pena
dejarlo morir en el oscuro escondite del odio.
Un amor tan grande que sí vale la pena
decirle adiós...porque fue verdadero.
Te dejo el poema en tus manos,
por si acaso un día...

domingo, 12 de abril de 2009

MUJER (tormenta y tempestad)

No, no vengo sola.
Tengo una historia que me precede.
Soy mucho más que la mujer que está frente a vos.
Soy un conglomerado de pequeños momentos.
Los mismos que fueron formando mi ayer, mi hoy
y que seguramente serán cosecha de mi mañana.
Soy aquella niña de rulos que jugaba con un gato
y miraba al mundo desde la copa de los árboles.
Soy la misma que vive con igual intensidad el amor,
la desdicha y la soledad.
Soy una fiel seguidora de utopías y por ellas camino cada día
a sabiendas de que nunca las alcanzaré.
No, no vengo sola. Tengo una historia que hace a mi presente.
Soy poeta, escritora, soñadora y bohemia.
Me han engañado tantas veces que mis ojos
se han tornado un tanto desconfiados.
Soy la que camina descalza y sin descanso
buscando un buen amor, y soy la misma
que no siempre pide perdón.
Soy como todas, no sé bien qué esperás de mí.
Pero sabé que no vengo sola.
Ya te dije, tengo una historia que me precede
y una historia que hace a mi presente.
Soy... hija, hermana, tía, sobrina, amiga.
Soy quien ha derribado mis propios castillos de arena.
y la que para salir de las sombras tuvo que atravesar el infierno.
No he sido victima de nada ni de nadie.
Hasta hoy fui mi propia arquitecta… con fallas de edificación
Por mis pecados ya he pagado
y a pesar de que me han juzgado y sentenciado
nunca pedí clemencia.
Qué bueno, he llorado y he reído hasta quedarme vacía.

Despedí a mi Padre y a mi Hermana un cálido mes de abril
y aún así, sigo creyendo que sólo la comedia
hace más fácil transitar mi propia tragedia.
Sin esperar milagros, me han sucedido.
Me enfrenté con la muerte cara a cara, y aunque insistió
Dios le hizo un guiño y me dejó quedar aquí.
Ya ves, soy una mujer que no tiene todo definido,
pero que sí sabe decir no.
No cocino ni practico la servidumbre por obligación.
Soy intolerante, rebelde, altiva y a veces indecisa.
Soy sincera, espontánea, tierna, y a veces fiel.
Soy romántica, seductora y cuando me enamoro
soy embriagante mujer.
Tengo unos pocos aciertos y un bagaje de fracasos
Mil veces morí y otras mil volví a nacer.
Me dejaron esperando, me mintieron, me ignoraron
y aún así, jamás descreí del amor.
No soy mujer que se resigna, no me detengo, no digo basta.
Busco caminos, atajos, puentes, descubro, pregunto, elijo,
imagino, creo, vuelo y llevo por bandera la libertad.
No cambio al mundo, lo amo tal y como es.
A un hombre jamás le hago la guerra
A un hombre… le hago el amor.
Ya sabés…no vengo sola.
Acumulo historias repletas de emociones.
Pero que no te engañe mi apariencia.
Dentro del alma de esta mujer
(tormenta y tempestad )
vive la otra mujer…
la que muere por un beso de noche trasnochada
y por un abrazo de sereno amanecer.


sábado, 21 de marzo de 2009

DIA DEL ESCRITOR

Muchas veces me han preguntado por qué escribo e igual cantidad de veces contesto en forma diferente.
El hecho de poder desplegar mi mano sobre el blanco papel hace que me invada una sensación de placer enorme.
No puedo escribir desde la tristeza profunda porque a lo largo de estos veintitantos años de garabatear, siento que mi tristeza se convierte en risa de tan patética que me resulta la historia a desentrañar. Casi siempre transformo las tragedias en comedias, una sana receta que hace que pueda reírme de situaciones no tan gratas.
Me gusta escribir desde un lugar que conozco muy en profundidad. Donde me hallo realmente inmersa en saciedad, en felicidad...me gusta escribir desde la nostalgia. Esa sensación agridulce de los momentos que ya han pasado, de los que están sucediendo y de aquellos que vendrán.
Siento nostalgia de mi infancia, de aquella noche de verano contando estrellas e imaginado sueños posibles; siento nostalgia de aquella cena de a dos, de la risa y la emoción, de aquella historia que no pude concluir y de aquel amor que pasó delante mío sin darme cuenta.
Siento nostalgia por un mundo diferente, porque quisiera que fuera mejor y sé que no es posible, porque el mundo es tal y como tiene que ser...
Siento nostalgia cuando veo mi bandera flameando, cuando sé que pasaré una noche de parranda con amigos y escuchando al Nano Serrat.
Me gusta escribir cuando tengo nostalgia de mi lugar en el mundo, donde la tristeza no cabe, donde sólo tiene cabida la serenidad y el darme cuenta de que mi vida, en aquél sureño lugar, tiene un verdadero sentido.
Siento nostalgia cuando recuerdo a mi abuela, aquellas tardes de payanas y ludo, de la playa de Monte, las zapatillas que mi padre me regaló y aquel sol de color ocaso color mar que disfruto ver cada verano.
La nostalgia, ese lugar sólo donde habitan los poetas, los locos lindos, los que creen que aún hay algo maravilloso que nos espera a la vuelta de la esquina.
Un lugar donde las utopías pueden ser posibles, donde nunca falta una buena copa de vino y algún libro de Benedetti para ser disfrutado en un mullido sillón.
Escribir es como darle gracias a la vida. Es poder quitarme de encima tanta emoción, tanto dolor retenido, tanta lucha sostenida, a sabiendas de que no estoy tan sola porque mientras haya alguien en algún lado que me esté leyendo, mi soledad ya no podrá devorarme
FELIZ DIA DEL ESCRITOR
Les mando un beso enorme, desde ese lugar del que les hablé, desde la nostalgia, esa sensación agridulce de los momentos que ya han pasado, de los que están sucediendo y de aquellos que vendrán.

MILAGRO DE ABRIL

No me lleves muerte todavía... aún sueño un milagro en abril
El sólo nombrarte eriza mi piel y espanta mis sueños.
Por eso te pido... no me lleves muerte todavía,
aún sueño contemplar los ocasos en el mar.
Es verdad, lo asumo, a veces te temo.
Es que presiento como si buscaras mi cuerpo
y cual ave rapaz quieras elevarte conmigo.
No te acepto. Eso queda claro.
Es que nada has demostrado aún para no rechazarte.
No me lleves muerte todavía... aún sueño lunas de satén.
¿Quién eres? Quien quiera que seas, eres patética siempre.
A veces haces tu entrada de repente, sorprendiendo a la gente,
sembrando miseria y llevándote, airosa y triunfante,
el trofeo que buscabas... la vida de alguien.
Y otras veces, a modo de agónica letanía,
vas enterrando poco a poco ilusiones y quimeras,
vas destruyendo proyectos y ahogando esperanzas.
No me lleves muerte todavía... aún sueño con primaveras en mi piel.
Pero si a pesar de todo y sin que comprendas mis palabras
pretendas igual hacer tu aparición, te advierto ahora...
tendrás que luchar denodadamente para conseguirme.
Deberás poner en práctica todo lo que sin piedad has escrito
y que acumulas como listado de apariciones.
Debes pensarlo bien o tal vez inventar un nuevo hechizo.
Porque no seré presa fácil... aún sueño escribir poemas en octubre.
Porque no seré dócil... aún sueño que mis ojos se llenen de azul lago.
La partida está por comenzar. Las cartas echadas sobre la mesa están.
Me siento fuerte, tengo más energía que el sol y menos temores que al comenzar.
No podrás enfrentarte con los sueños que aún me quedan por vivir.
Ellos te encandilarán cada vez que pretendas acercarte
porque, seguro que no lo sabes muerte,
pero soñar... todo lo embellece, a todo le da forma.
Soñar da color, da fuerza, da valor, da esperanza.
Soñar es sonrisa, es futuro, es mañana.
Soñar es decir madre, es decir siempre.
Soñar es sentir hijo, es sentir verdad.
No me quites estos sueños muerte. No todavía, por favor.
Te propongo que esperes y hagas tu entrada...
cuando mis cabellos ya estén pincelados de blanco totalmente
cuando mis ojos ya no puedan distinguir la verdad
cuando mis fuerzas ya no puedan levantar más esperanzas
cuando mis labios ya no puedan besar más alegrías
cuando mis manos ya no puedan acariciar más el rostro de mi niñez.
Recién entonces, me tendrás dócil, a tu alcance, entregada.
Mientras tanto, no te atrevas a buscarme, porque nada de lo que me digas
o me muestres podría hechizarme. (¿Nada?)
Sé que eres más fuerte y la historia dice que casi siempre ganas.
No debería confesarte esto, porque te estaría dando ventaja,
pero no puedo callarlo, no sé jugar sucio y quiero que sepas
que sólo un hechizo podría convencerme para ir contigo a ciegas.
Sólo si me prometieras, dándome tu palabra de honor,
que en ese lugar adonde quieras llevarme...
mi HERMANA me aguarda para darme ese abrazo eterno y lleno de luz,
que sin la más mínima piedad arrancaste aquél domingo de abril.
Sólo ese hechizo podría hacerte ganar esta partida.
No lo olvides, el juego está por comenzar...