sábado, 21 de marzo de 2009

MILAGRO DE ABRIL

No me lleves muerte todavía... aún sueño un milagro en abril
El sólo nombrarte eriza mi piel y espanta mis sueños.
Por eso te pido... no me lleves muerte todavía,
aún sueño contemplar los ocasos en el mar.
Es verdad, lo asumo, a veces te temo.
Es que presiento como si buscaras mi cuerpo
y cual ave rapaz quieras elevarte conmigo.
No te acepto. Eso queda claro.
Es que nada has demostrado aún para no rechazarte.
No me lleves muerte todavía... aún sueño lunas de satén.
¿Quién eres? Quien quiera que seas, eres patética siempre.
A veces haces tu entrada de repente, sorprendiendo a la gente,
sembrando miseria y llevándote, airosa y triunfante,
el trofeo que buscabas... la vida de alguien.
Y otras veces, a modo de agónica letanía,
vas enterrando poco a poco ilusiones y quimeras,
vas destruyendo proyectos y ahogando esperanzas.
No me lleves muerte todavía... aún sueño con primaveras en mi piel.
Pero si a pesar de todo y sin que comprendas mis palabras
pretendas igual hacer tu aparición, te advierto ahora...
tendrás que luchar denodadamente para conseguirme.
Deberás poner en práctica todo lo que sin piedad has escrito
y que acumulas como listado de apariciones.
Debes pensarlo bien o tal vez inventar un nuevo hechizo.
Porque no seré presa fácil... aún sueño escribir poemas en octubre.
Porque no seré dócil... aún sueño que mis ojos se llenen de azul lago.
La partida está por comenzar. Las cartas echadas sobre la mesa están.
Me siento fuerte, tengo más energía que el sol y menos temores que al comenzar.
No podrás enfrentarte con los sueños que aún me quedan por vivir.
Ellos te encandilarán cada vez que pretendas acercarte
porque, seguro que no lo sabes muerte,
pero soñar... todo lo embellece, a todo le da forma.
Soñar da color, da fuerza, da valor, da esperanza.
Soñar es sonrisa, es futuro, es mañana.
Soñar es decir madre, es decir siempre.
Soñar es sentir hijo, es sentir verdad.
No me quites estos sueños muerte. No todavía, por favor.
Te propongo que esperes y hagas tu entrada...
cuando mis cabellos ya estén pincelados de blanco totalmente
cuando mis ojos ya no puedan distinguir la verdad
cuando mis fuerzas ya no puedan levantar más esperanzas
cuando mis labios ya no puedan besar más alegrías
cuando mis manos ya no puedan acariciar más el rostro de mi niñez.
Recién entonces, me tendrás dócil, a tu alcance, entregada.
Mientras tanto, no te atrevas a buscarme, porque nada de lo que me digas
o me muestres podría hechizarme. (¿Nada?)
Sé que eres más fuerte y la historia dice que casi siempre ganas.
No debería confesarte esto, porque te estaría dando ventaja,
pero no puedo callarlo, no sé jugar sucio y quiero que sepas
que sólo un hechizo podría convencerme para ir contigo a ciegas.
Sólo si me prometieras, dándome tu palabra de honor,
que en ese lugar adonde quieras llevarme...
mi HERMANA me aguarda para darme ese abrazo eterno y lleno de luz,
que sin la más mínima piedad arrancaste aquél domingo de abril.
Sólo ese hechizo podría hacerte ganar esta partida.
No lo olvides, el juego está por comenzar...

No hay comentarios:

Publicar un comentario