martes, 29 de diciembre de 2009

FELIZ AÑO NUEVO

Para aquellos que hemos sobrevivido a un año cargado de malas noticias en general y algunas muy buenas en particular.

Para todos los que hemos sido beneficiados con los dados y podemos leer en la tarjeta: “siga hasta el próximo casillero”…

Para aquellos que hemos podido evitar no ser contagiados de las pandemias, llámese gripe A, dengue B, desazón C, incredulidad D…

Para todos los que hemos podido trabajar y obtener por ello un sueldo digno, algunos más que otros a sabiendas de que siempre, indefectible y sistemáticamente, habrá algunos con más y algunos con menos.

Para aquellos que no han resignado esfuerzos y la pelean día a día sin pelearse con la vida por la diferencia.

Para aquellos que han sufrido las peores pérdidas de vidas humanas, las más desgraciadas de las sequías y las más malditas de todas las inundaciones…

Para aquellos que han construido, armado, emparchado, arreglado, mantenido, sus propias construcciones, a pesar de los vientos y huracanes económicos a los que los argentinos solemos estar acostumbrados.

Para aquellos que han ayudado a nuestros hermanos americanos, europeos y asiáticos a superar la “crisis mundial”, pidiéndoles que vengan tan sólo dos semanitas de vacaciones a nuestra querida Argentina, porque ellos no tienen ni idea de lo que es estar, permanecer, quedar y coexistir con una “crisis” constante.

Para aquellos que hemos salido sorteados con un “bonus” y no fuimos alcanzados por una bala perdida, ni secuestrados, ni apuntados con un arma, ni sorprendidos por motochorros…y para aquellos que a pesar de haber pasado por alguno o por todos esos casos, aún han salido indemnes…

Para todos aquellos que pensando un minuto y en este almanaque que se está terminando aún tienen algo por qué brindar…a todos ellos les digo que también alzaré mi copa en la próxima noche vieja y haré de ella la mejor de todas las noches, porque llega un nuevo día y quien sabe, tal vez, me sea regalado ese buen amanecer.

Porque aunque este viejo año que ya está maltrecho, que más de un día me ha despertado con una sonora cachetada, que me ha subestimado, que me ha hecho andar entre tinieblas y fantasmas, a pesar de ello estoy viva y puedo escribir que…

Mientras mis oídos escuchen a Sabina sabré que hay más de “cien motivos para no cortarse las venas”…

Mientras mis ojos jamás olviden las manos de mi Madre y pueda en mi piel sentir su ternura…sabré que no hay mejor lugar para acunarme y soñar.

Mientras siga teniendo ganas de ser mejor persona, de andar con menos ira y con más capacidad de sorprenderme, sabré entonces que voy por el camino correcto.

Mientras mis miedos y duendes puedan ser vencidos y derrotados o invitados a pasar a compartir una sana y esporádica convivencia, sabré entonces que tengo herramientas suficientes para ser usadas cuando así lo elija.

Mientras pueda aún levantar un teléfono y pedir ayuda a mi amiga, a mi hermana, sabré entonces que aún tengo voluntad y menos ego al que reverenciar.

Mientras tenga la capacidad de amar, de expresarme, de mover mi cuerpo intentando bailar, de saborear una canción, de disfrutar del sexo permitido y del que no… sabré entonces que mi corazón está intacto.

Mientras elija cómo ser con los demás, cómo no ser, cómo recuperarme, cómo estar mejor, cómo hacer más y pedir menos, sabré entonces que mi espíritu está a salvo de toda plaga.

Mientras pueda emocionarme con un cursi final de película…ella y él cansándose! O mientras pueda emocionarme con un héroe de carne y hueso, con la historia de algún niño que camina kilómetros para asistir a su escuela, con alguna persona extraña y anónima, que anda por las madrugadas por la calle dando el pan y alguna palabra a aquellos que nada tienen, mientras me pueda emocionar digo, sabré entonces que me queda mucho por agradecer y tratar de imitar.

Mientras pueda aceptar que la soledad sólo está en mi vida de manera transitoria, que el amor me aguarda quién sabe dónde, mientras pueda admitir que no tengo ganas de seguir siendo protocolar, mientras siga creyendo que puedo proyectar y tener retos…sabré entonces que hay mucha tela qué cortar.

Mientras la luna me siga espiando por mi ventana, mientras exista el ocaso color mar de Monte Hermoso, mientras no cambien los azules color lago de Bariloche, sabré entonces que hay muchos poemas a la espera de ser escritos.

Mientras crea que nunca han muerto del todo ni Favaloro, ni Guinsburg, ni la Negra, ni Machado, sabré que tengo muchas cosas que aprender.

Mientras me pueda dar el lujo de reír a carcajadas con Pinti, celebrar por Charly, admirar a Patricia Sosa, esperar la llegada de Papá Noel y pedirle al Ratón Pérez que por ahora no venga por mis dientes…sabré entonces que mis emociones y mi inocencia siguen acampando en el camping de mi vida.

Mientras pueda celebrar con mis hermanas, con mis amigas, con mis sobrinos, la dicha de estar en familia…sabré entonces lo que mi Mamá y mi Papá me dejaron de herencia.

Mientras crea que la libertad y la salud son los bienes más preciados, únicos, imprescindibles, no renovables, no negociables… sabré entonces que no debo escatimar esfuerzos para cuidarlos, venerarlos y darle la real importancia que requieren.

Mientras tenga una casa, un trabajo, un lugar en la mesa para compartir y un Dios al que le pueda rezar, pedir y agradecer, sabré que no hay nada que no pueda lograr, que el límite sólo lo imagina mi mente.

Mientras pueda llorar, vaciarme, protestar, pedir perdón, luchar, generar, esperar…sabré entonces cuánto valgo como mujer.

Mientras mi alma sea el secreto mejor guardado, mientras ella crea en la felicidad, mientras no se venda por nada, mientras albergue las mejores intenciones…sabré entonces que es en mi alma donde habitan mis mejores sentimientos.

Mientras pueda tener a mano una fría copa de vino blanco, mientras me deleite con un recital para mi y en exclusiva de Serrat y Sabina… mientras tenga a mano un libro de poemas de Benedetti, entonces lucharé a ultranza y con todas mis fuerzas por “defender la alegría aún de la alegría”, como sólo él podía decirlo.

Ya les conté antes, aunque este viejo año que ya está maltrecho, que más de un día me ha despertado con una sonora cachetada, que me ha subestimado, que me ha hecho andar entre tinieblas y fantasmas, a pesar de ello estoy viva y puedo escribir estas palabras para ustedes, decía, aunque todo se vuelva nada, deseo que brindemos para que todos tengamos una FELIZ NOCHE VIEJA y un MEJOR AMANECER!!!

¡Arriba las copas, vale la pena intentarlo, quien sabe, quizá nos saquemos la sortija y podamos dar una vuelta más en la calesita de la vida!

¡FELIZ AÑO NUEVO!
Elga en un diciembre de 2009 ya de despedida…

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